11 de febrero de 2009

FSM 2009 - Belém

El 1º de febrero concluyó el Foro Social Mundial* (FSM) 2009, que en su novena edición tuvo lugar en la ciudad brasileña de Belém de Pará. En esta ocasión, contó con la participación de 133.000 asistentes de 142 países, entre miembros de movimientos sociales y participantes individuales, así como 5.808 entidades inscritas. Durante este encuentro, se le otorgó particular importancia a la discusión de soluciones alternativas a la crisis económica, energética, ambiental y global que vive el mundo.

Declaración de la Asamblea de los movimientos sociales

NO VAMOS A PAGAR POR LA CRISIS, QUE LA PAGUEN LOS RICOS

Para hacer frente a la crisis son necesarias alternativas anticapitalistas, antiracistas, anti-imperialistas, feministas, ecológicas y socialistas.

Los movimientos sociales del mundo nos hemos reunido con ocasión de la celebración del 9º FSM en Belém, en la Amazonia donde los pueblos resisten a la usurpación de la naturaleza, sus territorios y su cultura.

Estamos en América Latina donde en las últimas décadas se ha dado el reencuentro entre los movimientos sociales y los movimientos indígenas que desde su cosmovisión cuestionan radicalmente el sistema capitalista; y en los últimos años ha conocido luchas sociales muy radicales que condujeron al derrocamiento de gobiernos neoliberales y el surgimiento de gobiernos que han llevado a cabo reformas positivas como la nacionalización de sectores vitales de la economía y reformas constitucionales democráticas.

En este contexto, los movimientos sociales de América latina han actuado de forma acertada: apoyar las medidas positivas que adoptan estos gobiernos, manteniendo su independencia y su capacidad de crítica en relación a ellos. Esas experiencias nos ayudarán a reforzar la firme resistencia de los pueblos contra la política de los gobiernos, de las grandes empresas y los banqueros que están descargando los efectos de esta crisis sobre las espaldas de las y los oprimidos.

En la actualidad los movimientos sociales a escala planetaria afrontamos un desafío de alcance histórico. La crisis capitalista internacional que impacta a la humanidad se expresa en varios planos: es una crisis alimentaría, financiera, económica, climática, energética, migratoria, de civilización, que viene a la par de la crisis del orden y las estructuras políticas internacionales.

Estamos ante una crisis global provocada por el capitalismo que no tiene salida dentro de este sistema. Todas las medidas adoptadas para salir de la crisis sólo buscan socializar las pérdidas para asegurar la supervivencia de un sistema basado en la privatización de sectores estratégicos de la economía, de los servicios públicos, de los recursos naturales y energéticos, la mercantilización de la vida y la explotación del trabajo y de la naturaleza, así como la transferencia de recursos de la periferia al centro y de los trabajadores y trabajadoras a la clase capitalista.

Este sistema se rige por la explotación, la competencia exacerbada, la promoción del interés privado individual en detrimento del colectivo y la acumulación frenética de riqueza por un puñado de acaudalados. Genera guerras sangrientas, alimenta la xenofobia, el racismo y los extremismos religiosos; agudiza la opresión de las mujeres e incrementa la criminalización de los movimientos sociales. En el cuadro de estas
crisis, los derechos de los pueblos son sistemáticamente negados. La salvaje agresión del gobierno israelí contra el pueblo palestino, violando el derecho internacional, constituye un crimen de guerra, un crimen contra la humanidad y un símbolo de esta negación que también sufren otros pueblos del mundo.

Para hacer frente a esta crisis, es necesario ir a la raíz de los problemas y avanzar lo más rápidamente posible hacia la construcción de una alternativa radical que erradique el sistema capitalista y la dominación patriarcal.

Es necesario construir una sociedad basada en la satisfacción de las necesidades sociales y el respeto de los derechos de la naturaleza, así como en la participación popular en un contexto de plenas libertades políticas. Es necesario garantizar la vigencia de todos los tratados internacionales sobre los derechos civiles, políticos, sociales y culturales (individuales y colectivos), que son indivisibles.

En este camino, tenemos que luchar impulsando la más amplia movilización popular, por una serie de medidas urgentes como:

- La nacionalización de la banca sin indemnización y bajo control social

- Reducción del tiempo de trabajo sin reducción del salario

- Medidas para garantizar la soberanía alimentaria y energética

- Poner fin a las guerras, retirar las tropas de ocupación y desmantelar las bases militares extranjeras
- Reconocer la soberanía y autonomía de los pueblos, garantizando el derecho a la autodeterminación
- Garantizar el derecho a la tierra, territorio, trabajo, educación y salud para todas y todos
- Democratizar los medios de comunicación y de conocimiento

El proceso de emancipación social que persigue el proyecto ecologista, socialista y feminista del siglo 21 aspira a liberar a la sociedad de la dominación que ejercen los capitalistas sobre los grandes medios de producción, comunicación y servicios, apoyando formas de propiedad de interés social: pequeña propiedad territorial familiar, propiedad pública, propiedad cooperativa, propiedad comunal y colectiva…
Esta alternativa debe ser feminista porque resulta imposible construir una sociedad basada en la justicia social y la igualdad de derechos si la mitad de la humanidad es oprimida y explotada.

Por último, nos comprometemos a enriquecer el proceso de la construcción de la sociedad basada en el “buen vivir” reconociendo el protagonismo y la aportación de los pueblos indígenas.

Los movimientos sociales estamos ante una ocasión histórica para desarrollar iniciativas de emancipación a escala internacional. Sólo la lucha social de masas puede sacar al pueblo de la crisis. Para impulsarla es necesario desarrollar un trabajo de base de concienciación y movilización.

El desafió para los movimientos sociales, es lograr la convergencia de las movilizaciones globales a escala planetaria y reforzar nuestra capacidad de acción favoreciendo la convergencia de todos los movimientos que buscan resistir todas las formas de opresión y explotación.

Para ello nos comprometemos a:

• Desarrollar una semana de acción global contra el capitalismo y la guerra del 28 de marzo al 4 de abril 2009;

Movilización contra el G-20 el 28 de marzo;

Movilización contra la guerra y la crisis el 30 de marzo;

Día de solidaridad con el pueblo palestino impulsando el boicot, las desinversiones y sanciones contra Israel, el 30 de marzo;

Movilización contra la OTAN en su 60 aniversario 4 de abril; etc.

• Fortalecer las movilizaciones que desarrollamos anualmente:
- 8 de marzo: Día internacional de la Mujer
- 17 de abril: Día Internacional por la Soberanía Alimentaria
- 1 de Mayo: Día Internacional de los trabajadores y trabajadoras
- 12 de octubre: Movilización Global de lucha por la Madre Tierra contra la colonización y la mercantilización de la Vida

• Impulsar las agendas de resistencia contra la cumbre del G-8 en Cerdeña, la cumbre climática en Copenhague, la cumbre de las Américas en Trinidad y Tobago...

Respondamos a la crisis con soluciones radicales e iniciativas emancipatorias.
Esta vergonzosa impunidad debe terminar. Los movimientos sociales reafirman aquí su activo sostén a la lucha del pueblo palestino así como todas las acciones de los pueblos del mundo contra la opresión.
*Foro Social Mundial:
Es un espacio abierto de reunión - plural, diverso, no-gubernamental y no-partidista - que estimula, de forma descentralizada, el debate, la reflexión, formulación de propuestas, intercambio de experiencias y la relación entre organizaciones y movimientos comprometidos en acciones concretas, en los planos local al internacional, para la construcción de otro mundo, más solidario, democrático y justo.Las tres primeras ediciones del FSM, y también la quinta, tuvieron lugar en Porto Alegre, Rio Grande do Sul (Brasil), en 2001, 2002, 2003 y 2005.
En 2004, el evento mundial fue celebrado por primera vez fuera de Brasil, en India. En 2006, siempre en expansión, el FSM ha ocurrido de forma descentralizada en países de tres continentes: Mali (África), Pakistán (Asia) y Venezuela (Américas).
En 2007, volvió a suceder de manera centralizada en Kenya (África).El FSM ha tornado evidente la capacidad de movilización que la sociedad civil puede adquirir cuando se organiza a partir de nuevas formas de acción política, caracterizadas por la valorización de la diversidad y de la co-responsabilidad.
El éxito de la primera edición se tradujo en la creación del Consejo Internacional que, en su reunión de fundación en 2001, aprobó una Carta de Principios para garantizar el mantenimiento del FSM como espacio y proceso permanente de búsqueda y construcción de alternativas al neo liberalismo.
Hoy en día, los foros sociales se hacen locales, regionales, nacionales y temáticos en todo el mundo, sobre la base de la Carta de Principios. En 2008, para conmemorar este proceso, se llevó a cabo en todo el mundo el 26 de enero, Día de Acción y Movilización Global.