25 de junio de 2009

"Salvaguardar el Bien Común de la Tierra y la Humanidad"

Miguel d’Escoto abre la Conferencia sobre Crisis y Desarrollo en la ONU

ALAI AMLATINA, 24/06/2009.- El presidente de la Asamblea de las Naciones Unidas, Miguel d’Escoto Brockmann, inauguró hoy, 24 de junio, en Nueva York, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Crisis Financiera y Económica Mundial y su Impacto Sobre el Desarrollo, con un discurso sobre "La actual crisis financiera y económica mundial a la luz del bien común de la tierra y de la humanidad".

El evento, llamado también el "G192", reúne a altos representantes de los gobiernos del mundo para explorar soluciones, no solo a la crisis económica y financiera, sino al conjunto de crisis que amenazan a la humanidad y al planeta, ya que, como afirmó d'Escoto, "los retos de las diferentes crisis están todos interconectados y nos obligan a nosotros, representantes de los pueblos de la Tierra, a proclamar nuestra responsabilidad unos hacia los otros y a que juntos, con gran esperanza, busquemos soluciones incluyentes."

El ex canciller nicaragüense advirtió que: "No es humano ni responsable construir una Arca de Noé que salve solamente al sistema económico imperante dejando a la gran mayoría de la humanidad a su propia suerte, sufriendo las nefastas consecuencias de un sistema impuesto por una irresponsable, aunque poderosa minoría."

Al prevenir que "hemos llegado a la última frontera", d'Escoto subrayó la necesidad de buscar un modelo sostenible de vivir. "El egoísmo y la codicia no se pueden remendar. Tienen que ser sustituidos por la solidaridad y eso, obviamente, implica un cambio radical. Si realmente lo que queremos es una paz estable y duradera, debemos estar absolutamente claros que debemos ir más allá de controles y correcciones del modelo existente y crear algo que apunte hacia un nuevo paradigma de convivencia social. (…) Hemos construido una economía globalizada. Ahora es el momento de crear una política y una ética globalizadas a partir de las muchas experiencias y tradiciones culturales de los diferentes pueblos", afirmó.

Este reto, según el Presidente de la Asamblea, implica incorporar la óptica que viene de las ciencias de la Tierra, según las cuales la Tierra está insertada dentro de un vasto y complejo cosmos en evolución. "Esta concepción contemporánea se compagina con la ancestral visión de la Humanidad y de los pueblos originarios para los cuales la Tierra siempre fue y es venerada como Madre", subrayó, añadiendo que "Lamentablemente, a raíz de nuestro excesivo consumo y despilfarro, la Tierra ha ultrapasado ya en 40% su capacidad de reposición de los bienes y servicios que generosamente nos ofrece".

De esta óptica debe nacer una nueva ética planetaria del bien común, cuya primera afirmación, según d'Escoto, consiste en proclamar y salvaguardar el Bien Común de la Tierra y de la Humanidad; se trata de bienes que no pueden ser apropiados privadamente por nadie y deben servir a la vida de todos, de las presentes y de las futuras generaciones y de la comunidad de los demás seres vivientes, señaló.

Estos bienes fundamentales serían: la propia Tierra, la biósfera de la Tierra -especialmente el agua, los océanos y los bosques-, los climas de la Tierra y la propia Humanidad como un todo. Respecto a esta última, d'Escoto plantea como indispensable la abolición de las armas nucleares por completo, no simplemente reducción o no proliferación.

Estrategias frente a las crisis

A la luz de estos principios éticos, el Presidente de la Asamblea puso a consideración cinco estrategias de salida a las actuales crisis, con miras a dar las bases para lo que llama una biocivilización:-

"Primero: la utilización sostenible y responsable de los escasos recursos naturales. Esto implica superar la lógica de la explotación de la naturaleza y fortalecer la relación de respeto y de sinergia.

"Segundo: devolver a la economía su debido lugar en el conjunto de la sociedad, superando la visión reduccionista que la hizo el gran eje estructurador de la convivencia humana. La economía debe ser respetuosa de valores y no fuente de valores; debe ser vista como la actividad destinada a crear, dentro del respeto de las normas sociales y ecológicas, las bases de la vida física, cultural y espiritual de todos los seres humanos sobre el planeta.

"Tercero: generalizar la democracia a todas las relaciones sociales y a todas las instituciones. No solamente aplicarla y profundizarla en el campo político, con una nueva definición del Estado y de los organismos internacionales, sino también ampliarla al área de la economía, de la cultura y de la relación entre hombres y mujeres para que sea un valor universal y verdaderamente una democracia sin fin.

"Cuarto: forjar un ethos mínimo desde el intercambio multicultural y desde las tradiciones filosóficas y religiosas de los pueblos, a fin de que puedan participar en la definición del Bien Común de la Humanidad y de la Tierra y en la elaboración de nuevos valores.

"Quinto: potenciar una visión espiritual del mundo que haga justicia a las búsquedas humanas por un sentido trascendente de la vida, de la labor creativa de los humanos y de nuestro corto tránsito por este pequeño planeta".

Asimismo, d'Escoto nombró cinco principios éticos para mantener viva la realidad dinámica y en construcción del Bien Común de la Humanidad y de la Tierra: el respecto, el cuidado, la compasión, la responsabilidad universal y la cooperación.

Para concluir, expresó la profunda convicción de que el escenario actual no es de tragedia sino de crisis. "La tragedia termina mal con una Tierra desvastada pero que puede continuar sin nosotros. El actual dolor no es el estertor de un moribundo, sino el dolor de un nuevo parto", declaró. Y recordó a los representantes de los gobiernos que "para poder aprovechar las oportunidades que la actual crisis nos presenta, tendremos que deponer actitudes egoístas. Estas, en verdad, sólo buscan preservar un sistema que, supuestamente, beneficia a una minoría y claramente tiene nefastas consecuencias para la inmensa mayoría de los habitantes del planeta".

* Ver el texto completo del discurso de Miguel d'Escoto: http://alainet.org/active/31207

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18 de junio de 2009

Demandas de los Pueblos Amazonicos

LAS MUJERES DE LA AMAZONIA TOMAN LA PALABRA

"La naturaleza es nuestra vida, como nuestro pie, nuestra mano, nuestra cabeza"

Las mujeres indígenas de la selva central asumen como suyas las luchas emprendidas por sus hermanas y hermanos de Amazonas quienes venían reclamando el respeto a sus derechos colectivos, violentados con los decretos legislativos aprobados en junio del año pasado por el Ejecutivo en el marco de la adecuación normativa para la puesta en marcha del Tratado de Libre Comercio suscrito con los Estados Unidos.

Estos decretos, emitidos y promulgados al amparo de las facultades legislativas concedidas al Ejecutivo, fueron cuestionados desde el inicio por vulnerar la Constitución Política del Estado y el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo, respecto a los derechos de las comunidades campesinas y nativas, como a la propiedad y a la consulta previa sobre decisiones que pudiesen afectarlos.

Cuidadoras del espacio que habitan, poseedoras de saberes ancestrales y luchadoras por el reconocimiento de sus derechos específicos, las mujeres de la Amazonía han venido resistiendo la indiferencia de un Estado que no atiende sus necesidades ni la de los suyos, y a la vez desarrollando experiencias para ampliar el ejercicio de su ciudadanía en estrecha relación con la defensa de sus territorios y cultura.

Ellas toman la palabra:

Dirigentas de la Federación Regional de Mujeres Ashaninkas, Nomatsiguengas y Kakintes de la Selva Central (FREMANK), se expresan con voz propia. A continuación una síntesis con sus opiniones de lo ocurrido en Bagua, sus propuestas y los peligros que se ciernen sobre sus vidas con la contaminación del agua y de los suelos que habitan producto de actividades económicas extractivas.

Luzmila Chiricente Mahuanca, presidenta de la FREMANK :

« Estamos preocupadas y tristes por lo que ha pasado, queremos la paz y tranquilidad y que se suspenda por lo menos seis meses las leyes que ha dado el gobierno hasta entrar en consulta como dice el Convenio 169 de la OIT y la Constitución. Nosotras nos solidarizamos con nuestras hermanas y hermanos de Amazonas, porque el pueblo amazónico es uno solo, defiende sus tierras para las generaciones que vienen y su medio ambiente, porque de allí se alimenta, saca para su vivienda, su medicina y su artesanía.

Las empresas madereras tumban los árboles, grande, chico, malogrando el medio ambiente no sólo para los pueblos indígenas sino para el Perú. La empresa petrolera no acata como en su país, acá botan los desperdicios, matan los pescados y contaminan al agua. Cuando el suelo se contamina ya no crecen nuestros productos, lo que ahorita estamos produciendo ecológicamente.

Las mujeres nunca nos hemos beneficiado de los convenios del gobierno con las empresa maderera o petrolera, solamente vienen a engañar con una ollita, con cuadernitos que es una burla para las comunidades nativas. Para nosotras el territorio es el pulmón de nuestra generación, porque nuestros padres, nuestros abuelos, tatarabuelos, han muerto defendiendo nuestras tierras, es nuestra madre, es nuestra sangre ».


Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán
Parque Hernán Velarde 42, Lima
Tlf. 4332000 - fax: 4339500
E-mail: postmast@flora.org.pe
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11 de junio de 2009

CUMBRE GRUPO-192

- - - Servicio Informativo "Alai-amlatina" - - -

ONU, 24 al 26 de junio
Cumbre Grupo-192

Benjamín Forcano

ALAI AMLATINA, 05/06/2009.- Llevamos muchos meses sintiendo la
devastación de la crisis económica mundial, meses convocando a alto
nivel al Grupo-20 para estudiar la situación y proponer medidas y
soluciones.

La crisis ha surgido como efecto natural de la dinámica entre el Primer
y el Tercer Mundo, dentro de la cual los países más poderosos han
reconocido el fracaso de sus instituciones y políticas en el intento de
establecer unas relaciones de justicia, cooperación, progreso y paz. El
Grupo-20, generador del colapso mundial, se ha puesto sin miramiento a
reconstruir la caída, pero excluyendo a 172 de los países implicados en
la crisis.

No han cesado de originarse corrupciones, desvaríos y escándalos dentro
del liderazgo de ese Grupo-20, señal inequívoca de que el sistema y sus
gestores institucionales (FMI, BM, etc.) están sobrepasados y necesitan
un reemplazo radical.

Pero el reemplazo han intentado diseñarlo los mismos que han originado
la crisis, sin tener en la cabeza más proyecto que el de seguir
asegurando la desigualdad y explotación de los países enriquecidos sobre
los empobrecidos y el dominio colonizador e imperialista del Grupo-20.
Ellos han inyectado ya en las venas atrofiadas del sistema más de 11
billones de dólares, en tanto que para los países en desarrollo apenas
han consentido en destinar un 0,05 billón.

Esa es la imagen más viva de que la crisis, siendo mundial, o se
resuelve desde la perspectiva de un análisis de las necesidades básicas
y más apremiantes de la humanidad y del planeta tierra, o volveremos a
hacer reflotar la nave de la tierra pero sin la crisis superada y con la
amenaza de mayores calamidades.

La humanidad es una y las soluciones han de ser unas, para todos.

En esta perspectiva, como un profeta visionario, se ha colocado el
actual presidente de la Asamblea de la ONU, Miguel D´Escoto, cura y
religioso católico, a quienes todos llaman Padre Miguel y sobre el que
cronistas como los del Washington Post dicen que habla un lenguaje
extrañísimo, pues saluda a todos llamándoles hermanos y hermanas y habla
de solidaridad, cooperación y amor.

Lenguaje extraño, ciertamente, para quienes han convertido la sociedad
en una sociedad mercantilista, que supedita todo al dinero y lucro y
hace de sus seguidores adoradores del becerro de oro.

Por primera vez, del 24 al 26 de junio, serán 192 los jefes de Estado o
de Gobierno invitados a participar, son 10 veces más que los invitados
en el Grupo-20.

Ramsey Clart, Premio de los Derechos Humanos en el ONU 2008, ha escrito
una carta a todos los Jefes de Estado consciente de que "la devastación
del colapso económico es más mortal y costosa que nunca, incluyendo el
desafío de proteger a nuestra Madre Tierra de la rapaz destrucción que
nos amenaza a todos".

Son muchos los que abrigan la esperanza de que ahí y no en el Grupo-20,
surjan análisis, propuestas y planes de acción que traten de sustituir
un sistema que ha hecho agua por todas partes, como por ejemplo la
creación de una moneda de referencia internacional, independiente del
cualquier Estado, gestión de los bienes públicos globales (océanos,
espacio, ciberespacio...) cuyo uso "privado" puede ser perfectamente
tasado para el bien de todos, el empoderamiento del ECOSOC (Consejo
Económico y social de las Naciones Unidas), etc.

Una crisis mundial no se la puede abordar sino democráticamente, desde
la presencia y aportación de todos los afectados por ella y, mayormente,
por los más pobres, que son los que más cruel y sistemáticamente han
sufrido sus consecuencias. Y los de verdad afectados no son precisamente
los del Grupo-20, sino el Grupo de los 172 países dejados fuera.

- Benjamín Forcano es sacerdote y teólogo.


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